Hay en el pueblo un herrero
Que con su pequeña fragua
Transforma en un arte el hierro
A base de fuego y agua
Hay en la estancia un sonido
Será el del fuelle soplando
Y así avivar a las ascuas
Para seguir trabajando
O tal vez sea el martillo
Sobre el yunque golpeando
El que marque el estribillo
Del ruido que está sonando
Mas no descansa el herrero
Una espada está forjando
Para un noble caballero
Que le pidiera de encargo
Y se ha vuelto zapatero
Forja zapatos de hierro
Para calzárselos ya
A su caballo Lucero
También forjó la cancela
De la que le está esperando
Donde charlando en la reja
Se fueron enamorando